Los signos que constituyen los lenguajes no verbales no son palabras, son signos de distinta naturaleza, ya sean visuales, sonoros o una combinación de ambos. Los animales, por ejemplo, se sirve de signos de esa clase para comunicarse. El hombre, sin embargo, utiliza el lenguaje verbal, formado por palabras.
La conversación que mantenemos con un amigo y la lectura de un libro son actos comunicativos. Sin embargo, exitsten diferencias entre ellos. En el primer caso se emplea la lengua oral; en el segundo, la lengua escrita. En el primer caso, el aprato fonador humano transforma lo que queremos decir en sonidos que el receptor capta a través del oído. En el segundo caso, el de la escritura, el proceso es distinto: el emisor utiliza las letras para expresarse y, a través del papel o la pantalla del computador, el receptor capta mediante la vista el mensaje transmitido.
Además de estas difrencias entre legua oral y escrita, hay que tener en cuenta otros factores que carcterizan a estas dos modalidades del lenguaje humano: la situación, la gestualidad y los conocimientos.
Con la lengua oral la comunicación se efectúa de manera casi inmediata, salvo en las grabaciones, y la distancia física entre emisor y receptor es generalmente pequeña, salvo en las conversaciones teléfonicas. Por el contrario, en el lenguaje escrito pueden pasar años o siglos para que se produzca el intercambio de información entre emisor y receptor, como ocurre con una lectura actual de Ana Karenina, por ejemplo.
El lenguaje oral se apoya en la gestualidad y se beneficia de ella, reforzando lo que se dice mediante gestos, como cuando movemos la cabeza de izquierda a derecha para negar algo o cuando sonreímos al decirlo a alguien <Me alegro de verte>. Por el contrario, el lenguaje escrito se ve obligado a prescindir de este apoyo gestual o a describirlo de manera paralela al mensaje transmitido: - Me alegro de verte, - le dijo con una sincera sonrisa.
El emisor y el receptor de un acto comunicativo oral suelen compartir enormes parcelas de informacióny es posible que hasta conozcan su ideología, sus gustos, sus preferencias,etcétera. Este conjunto de conocimientos compartidos posibilita la compresión de los mensajes sin tener que recurrir a explicaciones y aclaraciones. En el lenguaje escrito es frecuente que tengamos que emplear diccionario y enciclopedias para entender ciertos aspectos desconocidos del mensajes.
En general, se puede afirmar que la lengua escrita presenta un mayor grado de formalización y una escritura más rígida que la lengua oral. La lengua oral, por el contrario, es más flexible, tiende a saltar los obstáculos entre emisor y receptor y a crear un clima de complicidad e intimidad.
Bibliografía: Enciclopedia Escolar El Universal, 2001 Editorial Planeta de Agostini, S.A